Rugby World Cup 2007 Francia con la sangre en el ojo

11 de septiembre de 2007

Con la sangre en el ojo

¡Cómo se notó que los franceses se quedaron con la sangre en el ojo luego de la victoria Puma en el debut! ¡Y ni hablar del miedo que les recorre el cuerpo -de punta a punta y más también- cuando se les menciona la posibilidad de que digan au revoir en la primera etapa!


Este termómetro de estas sensaciones quedó a flor de piel en el encuentro frente Georgia. A pesar de la gran cantidad de argentinos presentes -en la previa dio la sensación de que las calles de Lyon estaban tatuadas de celeste y blanco-, todos los franceses que plantaron bandera en el estadio Gerland unieron sus fuerzas con las de un grupito de georgianos, que quedaron shockeados por el extraño y sorpresivo sentimiento de "ser locales".


Durante los primeros 40 minutos, y con el partido 6 a 3 para los nuestros -dos penales de Felipe Contepomi y uno de Merab Kvirikashuridze-, todos los cánticos de la hinchada florearon los oídos de los 15 europeos, quienes dentro de la cancha, y envalentonados por la dulce melodía, no pararon de darle dolores de cabeza a Hernández y compañía.


Es cierto, el "vamos, Pumas, vamos" intentó imponerse durante varios pasajes del citado parcial, pero cualquier corrida georgiana fue motivo de un grito ensordecedor que, lamentablemente, derritió lo que las gargantas argentinas intentaron producir.


El segundo tiempo comenzó con el mismo clima que su antecesor, pero el try de Lucas Borges a los siete minutos, y la canción de los Auténticos Decadentes luego de la conquista -aquí se pone música luego de los tries- empañó un poco las ganas de gritar por Les Bleus, perdón, por Los Lelos.


Y cuando estaban juntando fuerzas para volver a la carga, llegaron el penal de Felipe y otro try del ex Pucará para clavarles una daga en el corazón -o en la garganta, como usted prefiera-. Claro, los georgianos se quedaron cantando solos por un buen rato y, ahí sí, el "vamos, Pumas, vamos" copó la parada y se hizo sentir hasta los huesos.


"¿Por qué gritamos ahora?", se preguntaron los franceses; y repasando en sus cabezas encontraron el punto bonus como aliciente para continuar con el aliento -y con los silbidos contra al árbitro galés, Nigel Owens-.


Palmas, palmas, palmas para que Los Lelos detuvieran a Los Pumas y nos les permitieran apoyar los dos tries que les faltaban para sumar el codiciado puntito extra, algo que es vital en este rugby moderno.


Pero ni eso se le dio a los franceses que coparon el Gerland, porque Patricio Albacete, a los 31, y Federico Martín Aramburu, a los 39´, se despacharon con dos conquistas y punto bonus en el bolsillo.


¡Fiesta Puma! Luego del Aserejé y la conversión de Juan Hernández, los que se hicieron oír fueron los distribuidos grupos de argentinos. ¿Los franceses? Se retiraron bajo un silencio sepulcral y cada día más preocupados. Ni alentar les sale bien.

Autor:
Ramiro Guillot