URBA Analisis final Coccia

13 de noviembre de 2007

Mística de campeón

Hindu no desplegó su mejor juego, pero tuvo armas de sobra para ganar

Por única vez en la lluviosa tarde, Juan Fernández Miranda maltrató la pelota, la hundió en la platea techada y saltó para comenzar con el carnaval de festejos de Hindú, el bicampeón del rugby de Buenos Aires, luego de ganarle la segunda final consecutiva a Alumni, esta vez por 9 a 6, en una definición sin tries.

Cuarto título en la historia para los de Torcuato y más que eso, diploma de honor en la materia "cómo ganar campeonatos", algo que los de Hindú aprendieron muy bien en años anteriores y esas enseñanzas (muchas veces dolorosas, por derrotas ajustadas y evitables) les sirvieron para forjar una mentalidad más granítica y pragmática.

"Las finales se ganan como sea" y ya Hindú lleva dos al hilo con recetas más novedosas que se agregaron al rugby dinámico que supo imponer desde que volvió a primera en 1993.
  • Nadie habla del pack de Hindú como una fuerza temible. Cuando se buscan ejemplos de "paquetes" de forwards importantes siempre se nombra en primer término a Alumni, el CASI, Pueyrredón, el SIC..., pero pocas veces se destaca a los 8 forwards de Torcuato. Sin embargo, tal como ocurrió en las semis con CUBA, el pack sacó la cara, jugó con fiereza cada formación, tuvo seguridad en el line con la aparición de Gonzalo Delguy (reemplazó al lastimado Nicolás Grille) y no se dejó prepotear por la opulencia de los delanteros de Tortuguitas.
  • En la final hubo diferencias de calidad individual a favor de Hindú y no sólo por el caso excepcional de Manasa Fernández Miranda. Esa categoría distinta a favor del conjunto de Torcuato se notó en los recursos. Para Alumni todo fue más rudimentario, esforzado, costoso e inocuo. Hindú siempre dio la imagen de superioridad cuando dispuso de pelotas, porque sus jugadores principales son más hábiles y certeros con las manos y con los pies (los hermanos Fernández Miranda, Senillosa, los hermanos Horacio y Belisario Agulla, Santi Fernández y Díaz Bonilla).
  • Ni siquiera el diluvio que, en teoría, debía favorecer a Alumni tuvo influencia positiva para los de Tortuguitas, porque Hindú se acomodó rápido y mejor a esas condiciones y con Manasa manejando las cosas con el botín derecho lo fue empujando cada vez más atrás a un Alumni que lució frustrado ante esa demostración de destreza e inteligencia del 10 adversario.
  • Alumni tuvo como figuras a Miguel de Achával entre los forwards y al colorado Carlos Di Masi entre los backs, ambos por su espíritu de lucha, por sus ganas de ir hacia delante; en cambio, Hindú tuvo como referente a Manasa Fernández Miranda, el autor intelectual del suceso, pero respaldado por un equipo que, bajo la lluvia se despojó de los brillos, se puso el overol y trabajó muy su éxito, a punto tal que su ingoal nunca pasó sobresaltos.
  • Esta vez el título recompensó al mejor equipo del año, al que más ganó y al menos derrotas sufrió en la temporada (tres), en 26 partidos. Además el recambio de jugadores fue menos traumático en el club de Torcuato. No estuvo Nicolás Fernández Miranda (todo un símbolo), pero su hermano Francisco estuvo al pie del cañón para reemplazarlo con buenas actuaciones, sobre todo en el tramo final de la competencia.
  • Defensa y disciplina, dos aspectos en los cuales el bicampeón mejoró notoriamente en las últimas temporadas. Antes era un conjunto muy desbalanceado entre sus virtudes ofensivas y sus licencias defensivas; ahora todos muerden, presionan, tacklean a lo loco y ofrecen pocos huecos. El progreso en la disciplina vino de la mano de la seguridad y la convicción. Antes pensaban que si no lo pasaban por encima al equipo rival, no podían ganar... hoy no necesitan vencer de prepo a nadie, confían hasta el último segundo en sus bondades y no "se distraen" tanto en combatir con el oponente.
  • Esa autoestima lo mantuvo alerta, pero firme y convencido en las semis y también en la final, ambos partidos con CUBA y Alumni jugados bajo condiciones climáticas deplorables, con viento huracanado en semis y lluvia torrencial en la final. Nada lo perturbó, se adaptó, luchó, jugó y venció con justicia en ambos compromisos trascendentales. Felicitaciones para Hindú, este equipo que muchas veces nos deleitó con su rugby dinámico, audaz y vistoso y que ahora condimentó sus fortalezas con la mística de los verdaderos campeones.